La denominación gato Caracal es imprecisa desde un punto de vista científico, aunque todavía hay numerosas personas que la utilizan habitualmente.
La realidad, por otro lado, es que este animal, aunque tenga muchas similitudes físicas con el gato doméstico tan común, no pertenece a ninguna variedad de raza de gato.
Tienes que saber por tanto, que se trata de una especie con una mayor relación con los grandes felinos y que es llamado también el lince africano, que no debemos confundir con el Gato Serval.
Entendemos, por otra parte, que el gran parecido con los gatos o incluso lince, haya creado una significativa fascinación por el Caracal, pero es importante aproximarnos a ellos con el máximo rigor.
A continuación profundizamos en sus características. Como amante de los gatos, seguro que te interesa.
¿Cuál es el origen del Caracal felino?
Comenzamos con un poco de historia sobre este animal. Y, en primer lugar, tenemos que remarcar que su nombre proviene de la palabra turca karakulak, que significa ‘oreja negra’.
Esta denominación ya nos aporta tanto un rasgo físico como una pista sobre las tierras que habita el caracal felino.
Volveremos sobre estos temas más adelante. También es conocido, aunque no forma parte de la familia de este animal, como lince africano (otro apunte geográfico que sirve para ir completando la información anterior).
Lógicamente, los caracales existían antes de sus primeras taxonomías, pero vale la pena recordar cuándo se produjeron estas. Destacamos la descripción realizada en 1776 por Johann Christian Daniel von Schreber en Table Mountain (Sudáfrica).
Por su parte, John Edward Gray fue un pionero al utilizar en 1843 el nombre por el que se le conoce actualmente. Lo empleó en referencia a un ejemplar encontrado en las proximidades del Cabo de Buena Esperanza.
Por otro lado, las castas más nobles de India lo han llegado a utilizar como un animal de caza, mientras que sus apariciones en murales egipcios sugieren algún tipo de representación religiosa o espiritual.
En cuanto a las precisiones acerca de los animales emparentados con los caracales, se ha llegado a la conclusión, por evidencias moleculares, de que se trata de un género monofilético relacionado con los servales (unos felinos similares a los leopardos) y gatos dorados africanos.
Sus características
Por lo que respecta a los rasgos por los que podrás identificar a los caracales, acuérdate de que las partes posteriores de sus grandes orejas negras son muy características, igual que los penachos de ese color en los que acaban.
Eso sí, hay pelos blancos en el interior de sus orejas. Su hocico también llama la atención por su oscuridad y tamaño.
Sobresale su pelaje liso, denso y suave y de una tonalidad leonada y anaranjada o rojiza. El pecho y el vientre, por su parte, son más blanquecinos. Suelen llevar la cabeza alta, la cual tiene una forma redonda y presentan ojos verdes o amarillos.
Podemos encuadrarlos entre los felinos grandes, puesto que llegan a alcanzar 92 cm. Si contamos la cola, deberíamos sumar 30 más. Recuerda que, como sucede con otros animales parecidos, las hembras del caracal, tienen una menor estatura.
El hábitat del Lince africano
Los caracales se extienden por amplios territorios de los continentes africano y asiático. En el primero de ellos están presentes en casi todas sus regiones, mientras que en el segundo pueblan zonas de las penínsulas de Anatolia y Arábiga.
Incluso se han visto ejemplares en el suroeste y centro de Asia, en países como Kazajistán e India. A grandes rasgos, es complicado divisarlos, pero son habituales en las áreas áridas y desérticas o semidesérticas.
Se desenvuelven bien entre los matorrales y en las sabanas, aunque también se ha constatado su existencia en zonas boscosas como las cercanas a Guinea Ecuatorial.
Incluso se han adaptado a vivir en bosques con humedales, como los propios de grandes regiones norteñas y sureñas de África.
¿Cómo se comportan y relacionan?
Llaman la atención por ser animales muy individualistas y territoriales. No en vano pueden marcar los territorios que consideran suyos mediante orinas y heces a lo largo de muchos kilómetros.
Los orines impregnarán los arbustos de las zonas por las que se muevan y los excrementos aparecerán en lugares muy visible.
El Caracal es un animal solitario y salvaje. En su etapa de cachorros parecen unos animales muy tiernos, pero después van a destacar por su agresividad. Salvo cuando están en celo, casi siempre serán vistos solos, lo que acentúa su naturaleza depredadora.
¿De qué se alimenta el Caracal?
Como buenos felinos, los caracales son animales cazadores. Aprovechan la fuerza y resistencia que les proporciona una constitución musculosa y ágil para actuar como depredadores letales.
Esta es una de las razones por las que no se te ha de ocurrir adoptar uno de ellos como mascota.
Son, por tanto, seres que se guían por este instinto de coger a sus presas. Se mueven sobre todo de manera solitaria y por la noche, lo que hace tan complicado que una persona pueda avistar caracales.
Apuestan de forma sigilosa para atrapar piezas más o menos de su tamaño, como las crías de antílope, los roedores y las liebres. Estos últimos animales son los más habituales en su dieta.
Gracias a la potencia de sus piernas pueden dar grandes saltos, lo que les permite incluso alcanzar a algunas aves desprevenidas, como las águilas.
No en vano, en algunos lugares se les conoce como gatos voladores por esta capacidad tan formidable de elevarse. Pueden llegar hasta los tres metros de altura en estos saltos.
Como tienen unas dentaduras muy desarrolladas, no les cuesta aniquilar a sus víctimas mediante una mordedura en la nuca.
Cuando se tienen que enfrentar a animales que superan su tamaño, su modo predilecto de acabar con ellos pasa por darles una dentellada en el cuello, la cual contribuirá a que mueran por asfixia.
Ten en cuenta que la prodigiosa fuerza de estos felinos posibilita que puedan encarar una lucha por la supervivencia contra animales que tripliquen su estatura con visos de salir airosos de ella.
Y, por último, recuerda otra de las características que hacen tan resistente a este animal: puede pasar largo tiempo sin beber. Entre otras cosas, por el hecho de que se hidrata mediante las reservas acuosas que extrae de los cuerpos de sus presas.
¿Cómo se reproducen?
Antes de pasar a dar algunos datos sobre los procesos de reproducción de los caracales, lo primero que has de saber es que no resulta una buena idea cruzar a estos animales con los gatos.
Esta hibridación del Caracal no deja de ser una cierta aberración, pero se ha llegado a dar casualmente, por el encuentro de dos ejemplares de ambas especies. Ha ocurrido, por ejemplo, en dos zoológicos. En uno de Moscú en 1998, pero también en otro situado en Berlín.
Esta práctica se sigue realizando de forma clandestina, pero te avisamos de que no es nada recomendable. Sin ir más lejos, respecto al parto que se dio en Alemania, te informamos de que el caracat (denominación en inglés para estos cruces) que nació tuvo grandes problemas de salud y no duró mucho tiempo.
Aunque algunos cachorros de otros cruces no hayan padecido estos inconvenientes, lo normal es que no tengan una vida larga y saludable.
Incluso se han dado situaciones en las que las hembras de gato doméstico han sido atacadas, como unas presas más, por los caracales que en principio podrían haberse reproducido con ellas. Los cruces de caracal hembra con servales macho han tenido mejor fortuna, originando los animales conocidos como servicales.
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Por otro lado, los apareamientos entre caracales se llevan a cabo a lo largo de todo el año.
Las hembras, por su parte, van a copular con diversos machos, según un orden estipulado por su tamaño y edad.
Estas cópulas, que pueden durar entre minuto y medio y diez minutos, pueden venir precedidas de luchas violentas por las hembras entre estos animales. Estas suelen parir tres o cuatro cachorros.
Por lo que respecta al periodo de gestación, se prolonga durante un periodo que oscila entre dos y tres meses. Cuando las crías cumplan un mes, ya se ven en condiciones de abandonar sus guaridas, aunque estarán viviendo junto a sus madres a lo largo de casi un año.
Y, si te preguntas cuánto tiempo pueden vivir estos felinos, remarcamos que pueden alcanzar la edad de diecisiete años.
Algunas curiosidades sobre el Caracal
Queremos completar este repaso de las claves de este extraordinario animal comentándote algunos detalles llamativos sobre esta especie. No te los pierdas.
- A día de hoy suponen una preocupación menor para las instituciones de protección de la fauna, aunque hemos de señalar que la destrucción de la vegetación y agricultura de los hábitats que tradicionalmente han poblado supone un peligro para su supervivencia.
- ¿Sabías cuándo llega el Caracal a su edad de maduración sexual? Cuando cumplen aproximadamente dos años.
- Finalmente, recordamos tristemente que el tráfico de caracales, que aprovechamos para desaconsejar, cotiza, por su exotismo, al alza.
En definitiva, es posible que solo puedas ver a un Caracal en un zoológico, pero este texto ya te sirve para saber cómo aproximarte a él.